Pastor Dr. Juan R. Mejías Ortiz
Dr. Juan R. Mejías Ortiz
Introducción
Las Sagradas Escrituras son la fuente para el examen de la función de la educación cristiana. No puede haber en la iglesia procesos educativos productivos sin los nutrientes de la Palabra. De hecho, de sus páginas se desprende el contenido que se utilizará en la instrucción de la comunidad. Lo primero que debe conocer un educador cristiano o una educadora cristiana son algunos de los principios y las aspiraciones pedagógicas impresas en el testimonio bíblico. Es importante recordar que el líder educativo, como agente motivador, inspira a sus estudiantes a aprender la fe cristiana y a manifestar un compromiso claro por la obediencia a los mandatos del Señor dados en su Palabra para dirigir la instrucción del pueblo. Veamos algunos de los pasajes bíblicos que apoyan la función de la educación cristiana.
Lo que nos enseña la Biblia
Dios da vida al pueblo por medio de la Palabra Encarnada. Es fundamental que nos insertemos en procesos educativos productivos dirigidos a la formación de los creyentes, en especial de las nuevas generaciones. Es vital que las generaciones más jóvenes aprendan a honrar al Señor (Dt 6.5, Sal 22.23, Pr 3.9), alabar Su nombre que es grande y temible (Sal 34.3, 99.3), conocer sus portentos (Sal 77.11-15, Is 25.1-3) y obedecer sus mandamientos (Lv 18.4, Dt 6.3, Sal 119.40.106, Mt 28.20, 1 Jn 5.3). La educación cristiana nos enseña a vivir para Dios. Ante esto, el salmista exclama:
«Nuestros hijos también lo servirán; las generaciones futuras oirán de las maravillas del Señor. A los que aún no han nacido les contarán de sus actos de justicia; ellos oirán de todo lo que él ha hecho.» (Sal 22.30-31, NTV)
Cuando el líder cristiano logra armonizar su práctica instruccional con los fundamentos bíblicos adquiere el equipaje necesario para alcanzar una educación productiva, liberadora y saludable. Es una educación que descansa en el deseo divino de que su pueblo le adore y viva de generación a generación bajo las alas de su amor.
Teniendo la Biblia como herramienta para orientar los procesos instruccionales es menester recurrir a sus páginas para explorar su aportación a la consecución de las aspiraciones educativas de la iglesia. Por lo limitado del espacio, examinaremos solamente algunos textos bíblicos.
Uno de los textos bíblicos principales para la comprensión de la importancia de la educación cristiana lo encontramos en el sexto capítulo del libro de Deuteronomio.
«Esos son los mandatos, los decretos y las ordenanzas que el Señor tu Dios me encargó que te enseñara. Obedécelos cuando llegues a la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer. Tú, tus hijos y tus nietos teman al Señor su Dios durante toda la vida. Si obedeces todos los decretos y los mandatos del Señor, disfrutarás de una larga vida. Escucha con atención, pueblo de Israel, y asegúrate de obedecer. Entonces todo te saldrá bien, y tendrás muchos hijos en la tierra donde fluyen la leche y la miel, tal como el Señor, Dios de tus antepasados, te lo prometió.
¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio. Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad.» (Deuteronomio 6.1-9, NTV)
La Shemá o la llamada a la nación a escuchar la voz de Dios es considerada la oración confesional monoteísta de mayor relevancia en la fe judía. En ella, se exhorta e instruye al pueblo a amar fielmente al Señor. Consecuentemente, más que un credo confesional es una instrucción y una exigencia que requiere de la nación hebrea lealtad y obediencia exclusiva al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Considerada por el judaísmo como el mandamiento educativo más importante, la Shemá (Mt 22.36-38) comunica varios principios esenciales para la tarea educativa.
El Salmo 78 es considerado por su contenido un salmo histórico que rememora los actos salvíficos de Dios mientras señala la rebeldía de Israel. La primera sección del Salmo (v. 1-9) es un poema que entrelaza elementos sapienciales y didácticos. El encuentro transformador con la Palabra de Dios dirige a la formación de la identidad nacional.
«Oh pueblo mío, escucha mis enseñanzas; abre tus oídos a lo que digo,porque te hablaré por medio de una parábola.Te enseñaré lecciones escondidas de nuestro pasado,historias que hemos oído y conocido,que nos transmitieron nuestros antepasados. No les ocultaremos estas verdades a nuestros hijos;a la próxima generación le contaremosde las gloriosas obras del Señor,de su poder y de sus imponentes maravillas.
Pues emitió sus leyes a Jacob; entregó sus enseñanzas a Israel. Les ordenó a nuestros antepasados que se las enseñaran a sus hijos, para que la siguiente generación las conociera —incluso los niños que aún no habían nacido—, y ellos, a su vez, las enseñarán a sus propios hijos. De modo que cada generación volviera a poner su esperanza en Dios y no olvidara sus gloriosos milagros, sino que obedeciera sus mandamientos. Entonces no serán obstinados, rebeldes e infieles como sus antepasados, quienes se negaron a entregar su corazón a Dios.» (Salmo 78:1-8, NTV)
El Salmo nos provee varios principios educativos fundamentales.
El testimonio de la teología paulina provee una dirección clara acerca de las metas de la educación cristiana. Aquí se privilegiarán tres pasajes bíblicos: Romanos 12.1-2, Efesios 4.11-16 y Gálatas 4.19.
Romanos 12:1-2
Esta epístola redactada por el propio apóstol Pablo cerca del año 57/58 e.c. nos dice:
«Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.» (Ro 12.1-2, NTV)
De este importante pasaje se desprenden los siguientes principios educativos:
Efesios 4.11-16
Consecuente con el libro de Romanos, los discípulos más cercanos del apóstol al redactar la epístola a los Efesios después del año 80 e.c. ponen de manifiesto las metas de la educación cristiana. Es más, trazan el camino para un esbozo de una filosofía educativa cristiana. Del estudio del pasaje se desprende que:
Gálatas 4.19
La carta a los Gálatas es uno de los documentos más antiguos y reveladores de la teología paulina. En este documento Pablo se ve obligado a defender su llamado y ministerio apostólico de quienes le acusan de predicar un evangelio distorsionado. En Gálatas 4.19, después de tener unas palabras fuertes hacia los gálatas, el apóstol asume una actitud maternal que resume el propósito de la educación cristiana que es promover la formación integral del creyente a la luz de la verdad de Jesucristo.
«¡Oh mis hijos queridos! Siento como si volviera a sufrir dolores de parto por ustedes, y seguirán hasta que Cristo se forme por completo en sus vidas.» (Gálatas 4.19, NTV)
Resumen
La educación cristiana es el proceso por el cual el creyente es formado en Cristo Jesús. Fomenta el crecimiento integral del creyente que desemboca en la edificación de la comunidad hasta alcanzar la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios. Claudicar en esta tarea conlleva grandes riesgos. El texto de Jueces 2 advierte acerca del peligro y las consecuencias nefastas de errar en la tarea de educar a las nuevas generaciones en la obediencia, la fidelidad y el amor a Dios.
«Después de que murieron todos los de esa generación, creció otra que no conocía al Señor ni recordaba las cosas poderosas que él había hecho por Israel.» (Jueces 2.10)
Lecturas adicionales
Pazmiño, Robert W. Cuestiones Fundamentales de la Educación Cristiana. Oregon, EUA: Wipf and Stock Publishers, 2002.
Seymour, Jack L. & Miller, Donald E. Contemporany approaches to Christian Education. Nashville, TN: Abingdon Press. 1982.
Richards, Lawrence & Bredfeldt, Gary. Enseñemos la Biblia creativamente. USA: Unilit, 2015.